Páginas

domingo, 15 de junio de 2014

Parece que fue ayer...

   Parece que fue ayer cuando pintábamos con los dedos sin miedo a salirnos del papel, manchando la mesa. Parece que fue ayer cuando corríamos como locos, sin destino, sin objetivo aparente, solo queríamos saber hasta donde nos podían llevar nuestras pequeñas piernas. Todo nos parecía tan grande...

   Parece que fue ayer cuando soñaba con ser un ninja, parece que fue ayer cuando las tardes duraban lo que dura un año, parece que fue ayer cuando jugaba solo imaginando historias de valerosos guerreros que rescataban a hermosas princesas...

   Parece que fue ayer cuando observaba con atención a todo aquel que pasaba bajo mi ventana, parece que fue ayer cuando soñaba que volaba, parece que fue ayer cuando de la mano de mi madre cruzaba las calles, parece que fue ayer cuando el dinero no importaba...

   Parece que fue ayer cuando las paredes de mi cuarto llenas de dibujos me observaban, parece que fue ayer cuando escribía sin miedo al qué pensarán. Parece que fue ayer cuando daba mis primeros pasos, parece que fue ayer cuando el verano lleno de amigos me alegraba, parece que fue ayer cuando la palabra traición para mí no significaba nada...

   Parece que fue ayer cuando consideraba héroes a mis hermanos mayores. Parece que fue ayer cuando mis ojos se iluminaban solo con ver a mi padre, parece que fue ayer cuando la imaginación superaba a todas luces la realidad. Parece que fue ayer cuando el tiempo no importaba. Parece que fue ayer cuando a mi perro, más grande que yo, abrazaba...



   Parece que fue ayer cuando la visita a un kiosko de golosinas y al parque era el mejor de los regalos. Parece que fue ayer cuando las noches escondían monstruos que desconocía, parece que fue ayer cuando en mi inocencia creía que un Dios me observaba. Parece que fue ayer cuando la vida sin prisas me encandilaba, parece que fue ayer cuando creía que no llegaría a ser mayor....

   Años después, el niño del que os hablo, no se ha ido; sigue en mi interior y no me avergüenza mostrarlo. Es más, el miedo a esto aniquila la creatividad, por eso, hoy es ese niño el que os escribe, al que le emociona todavía ver a sus juguetes de antaño, quien mira fotos con tierna melancolía, quien todavía inventa historias, pero ahora en forma de canción. Tal vez estoy loco, loco de atar, tal vez loco de amor, porque ese niño ahora vive enamorado, enamorado de una mujer que tampoco tuvo miedo a mostrarle su niña interior. Ahora él sabe disfrutar de cada momento como hombre y como niño. Sabe que la vida solo nos da una carta para jugar, que una vez usada no podremos volver atrás. Dentro de la responsabilidad como hombre, debemos de entender la vida como niños, porque precisamente son ellos los que tienen más amigos de verdad, quienes aman sin pedir nada más, quienes besan con sinceridad y, por supuesto, quienes no esconden su forma de pensar. "UN NIÑO NO ES MÁS QUE UN HOMBRE QUE VIVE EN LIBERTAD".



4 comentarios:

  1. No hay que perder ciertas cosas de cuando uno es niño. Hay que respetar al niño que llevamos dentro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin duda, hay veces que nos olvidamos de ese niño.

      Un saludo!

      Eliminar